¿Conoces el dicho "lo barato sale caro"? Eso sucede con esos créditos que nos ofrecen facilidades de pago en "abonos chiquitos".
Adquirir la laptop, el celular u otros bienes a pagos semanales de 100 pesos es muy atractivo ya que es más cómodo, accesible y no sientes el duro golpe de quedarte con menos dinero de un día para otro.
Esto es bien sabido por las tiendas departamentales, mueblerías, supermercados y prestamistas que te ofrecen créditos con abonos chiquitos para que obtengas las cosas que tanto deseas. Sin embargo, esos pagos fáciles pueden convertirse en una gran dificultad financiera.
¿Quieres saber por qué los créditos con abonos chiquitos son una mala idea? Sigue leyendo:
El objetivo de los préstamos con abonos chiquitos es dividir o fraccionar la compra en plazos semanales o quincenales de un producto de duración media o larga, como una sala o un refrigerador.
Por ejemplo, si quieres adquirir un horno de microondas que cuesta 2 mil 749 pesos de contado con abonos semanales de 55 pesos, la tienda que vende ese electrodoméstico te otorgará un crédito para que lo compres.
Sin embargo, esos abonos están calculados a 78 semanas, por lo que al final terminarás pagando 4 mil 290 pesos por el horno, es decir, 56.06 por ciento más que el costo inicial del producto.
Esos más de mil 250 pesos extras que estás pagando por el horno de microondas son los intereses y cargos que te está cobrando la tienda por darte el préstamo para pagar en abonos semanales.
Es decir, cuando estás dando los 55 pesos semanales por el horno de microondas, no todo ese monto se va a pagar efectivamente el electrodoméstico, también estás pagando los intereses y comisiones asociados al préstamo que te dio la tienda.
En síntesis, cuando adquieres un préstamo con abonos chiquitos, también asumes el pago de altas sumas en intereses, tardando años en saldarlos por completo.
Además, si quedas mal con alguno de los abonos, deberás pagar intereses y comisiones adicionales. Eso en algunos casos genera problemas en tu historial en Buró de Crédito, lo que te afecta a la hora de pedir nuevos financiamientos.
Como puedes ver, los créditos en abonos chiquitos son un negocio redondo para las empresas y prestamistas que te los dan, pero no para ti, que terminas pagando durante mucho tiempo bienes de consumo que podrían ser obsoletos o inservibles cuando terminas de pagarlos.
De acuerdo con la Comisión Nacional para la Protección y Defensa de los Usuarios Financieros (Condusef), cuando eliges comprar un producto con abonos chiquitos, automáticamente pagas entre un 20 y 50 por ciento más de su precio normal, pero muchas veces el porcentaje es mayor.
Hay préstamos en los que terminas pagando el doble o más del monto original que costaba un producto, con personas que liquidan más de 20 mil pesos por un mueble que costaba 10 mil de contado.
¿A qué se debe esto? Por dos motivos:
- Muchos créditos con abonos chiquitos se dirigen a personas sin historial crediticio o con manchas en Buró de Crédito, por lo que son considerados de mayor riesgo para quien otorga el préstamo y, con ello, cobran mayor tasa de interés y Costo Anual Total (CAT).
- La falta de cultura financiera de muchas personas, quienes recurren a estos préstamos por el deseo de tener un bien de consumo pronto antes que postergar ese deseo hasta ahorrar el dinero suficiente o evaluar si realmente necesitan el producto. Tampoco hay un hábito generalizado de revisar los términos y condiciones de los préstamos, obviando detalles tan importantes como cuál es la tasa anual y el CAT que pagarán.
Muchas personas se dejan llevar por este tipo de préstamos debido a algunos de estos motivos:
- Aprovechar un descuento: muchos consumidores compran algún mueble en pagos semanales o quincenales porque la empresa bajó su precio. Sin embargo, al examinar la cantidad de intereses, resulta que el monto a pagar es casi el mismo o más que el precio original sin el descuento.
- Es más fácil: existe la creencia de que es más cómodo y sencillo hacer pagos semanales en lugar de dar el dinero de contado. Pero como ya has visto, en realidad te llevará mucho tiempo pagar una deuda, generando estrés y hartazgo.
¿Cuánto voy a gastar si acepto un crédito con abonos chiquitos?
Si aún no estás convencido de todo lo que te gastas al comprar en abonos chiquitos, te ponemos un ejemplo dividido en varios pasos:
a) La tienda "K" vende un iPhone 11 de 64 gigabytes en color rojo a 12 mil 999 pesos de contado.
b) ¡Qué ofertón! El negocio te ofrece la opción de pagarlo en "cómodos" abonos semanales de 223 pesos pidiendo un crédito en "K", es decir, la propia tienda te presta el dinero para pagar ese iPhone.
c) Sin embargo, lo que "K" no te dice en sus publicidades y solo lo aclara en letras chiquitas es que tienes que hacer 96 pagos semanales cada uno para saldar ese iPhone.
d) Lo anterior significa que, si optas por pagar ese teléfono en abonos chiquitos, estarás pagando un total de 21 mil 408 pesos, un 64.7 por ciento más que si lo hubieras pagado de contado.
e) Al final de la transacción, "K" te cobró 8 mil 409 pesos en intereses, dinero que bien pudiste utilizar en otras cosas. Y eso contando en que harás los pagos semanales de manera puntual, porque si no lo haces, ten por seguro que pagarás todavía más dinero por el iPhone.
En este artículo sostenemos que un préstamo de este tipo es una mala idea que deberías evitar, sin embargo, esta puede ser una alternativa en los siguientes casos:
- En caso de alguna emergencia -por ejemplo, un fallo total e irreparable-, no tengas ahorros acumulados para pagar de contado y el producto a comprar sea indispensable y duradero, por ejemplo, un refrigerador.
- Si la empresa te permite dar abonos a capital para saldar más rápido la deuda.
- Si lo utilizas para bienes de consumo de larga duración, por ejemplo, un comedor o una sala.
Antes de que te lances a la primera tienda departamental a comprar con un crédito de pagos chiquitos, deberías considerar los siguientes detalles:
1.- ¿Cuánto te durará el producto que vas a comprar?
Es muy probable que estés pagando durante 3 o 4 años por un bien de consumo que termine desgastándose en el proceso de pago -la ropa, por ejemplo- o que termine quedando obsoleto.
Esto último suele suceder con productos tecnológicos como los celulares, cuyo precio va disminuyendo tiempo después de salir al mercado en comparación a los nuevos modelos. Si decides pagar un teléfono móvil en pagos semanales, podrías estar pagando una gran cantidad de dinero por un dispositivo que ya está más barato para el tiempo que lo termines de pagar.
2.- ¿Cuánto terminarás pagando en total?
Siempre debes comparar el precio del producto al contado con el precio total del producto juntando todos los abonos semanales o quincenales. Esto te permitirá ver cuánto estás pagando de más por el artículo que deseas y tomar una decisión más informada.
Un ejemplo. Si una lavadora te cuesta 15 mil pesos de contado, pero te saldrá en 21 mil pesos al pagarlo en abonos chiquitos, tal vez consideres esperar unos meses para juntar los 15 mil pesos y pagar esa lavadora de contado, ahorrando seis mil pesos que podrías utilizar para otras necesidades.
3.- ¿Cuánto darás de enganche?
Algunas tiendas te piden dar un enganche antes de aprobar el crédito. Por ejemplo, si vas a comprar una laptop de 20 mil pesos, el establecimiento te solicitará un 10% de anticipo, es decir, que adelantes 2 mil pesos del pago de esa computadora. Esto suele ser una ventaja ya que pagarías un poco menos en tu préstamo.
Ve si tienes la posibilidad de dar un mayor enganche y si te autorizan adelantar pagos al crédito o hacer abonos a capital, esto te ayudará a salir más rápido de tu deuda.
4.- ¿El pago es semanal o quincenal?
Ten muy en cuenta que mientras más abonos chiquitos tengas que dar por un préstamo, más grande será el monto total por liquidar. Por lo general, los créditos a pagar cada semana son más caros y con más intereses que los créditos con abonos quincenales.
En otras palabras, si el plazo es mayor y las parcialidades son más pequeñas, más intereses deberás pagar al banco, prestamista o dueño de la tienda.
5.- ¿Tienes tiempo para pagar puntualmente?
Hay que revisar si los negocios te permiten pagar desde una aplicación en línea, acudiendo a algún supermercado o por el celular, para así evitar algún retraso en el pago semanal o quincenal porque te faltó tiempo para ir a la tienda a depositar tu abono.
Si el plazo es mayor y las parcialidades son más pequeñas, más intereses deberás pagar al banco, prestamista o dueño de la tienda.
6.- ¿Cuál es la tasa de interés y el Costo Anual Total (CAT)?
Todas las empresas e instituciones financieras que hagan préstamos con abonos chiquitos deben informarte sobre la tasa anual y el CAT que te van a cobrar por el dinero que te presten. Mucho ojo con el CAT, porque allí vienen el cobro de comisiones y otros pagos extras que no solemos considerar.
7.- ¿Hay espacio en tu presupuesto para liquidar el préstamo?
Considera que, si aceptas un crédito con abonos chiquitos, adquieres un compromiso financiero que durará mínimo un año y medio. Debes añadir a tu presupuesto los pagos semanales y quincenales que debes hacer, organizando tus ingresos en consecuencia.
Como una síntesis de todo este artículo, te presentamos algunos consejos para evitar este tipo de financiamiento:
- Si el producto que quieres comprar no te urge tenerlo y puedes ahorrar dinero para adquirirlo de contado, elige esta alternativa sobre los abonos semanales o quincenales.
- Si el establecimiento te ofrece la posibilidad de comprar a meses sin intereses, escoge esta opción sobre los pagos chiquitos.
- Pagar en abonos es más fácil y cómodo, pero también es mucho más caro.
- Trata de ser más racional en tus decisiones: evita las compras compulsivas y los pensamientos del tipo “debo tener ese producto”, inducidos por la publicidad o la presión social.
¿Has solicitado algún préstamo con abonos chiquitos? ¿Cómo fue tu experiencia? Déjanos tus comentarios.
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