El phishing es una práctica que utilizan los cibercriminales para obtener información crítica de los usuarios de servicios cuyo acceso requiere de contraseñas o datos específicos.
A través del phishing, también conocido como robo de identidad, el criminal puede leer correos de sus víctimas, extraer información confidencial o realizar operaciones con dinero ajeno.
De acuerdo con estudios recientes, México ocupa la octava posición a nivel mundial en esta clase de delito, mientras que en Latinoamérica se ubica en el tercer lugar.
Por si fuera poco, según estadísticas de Securelist, los bancos integran el segundo grupo de organizaciones más atacadas por medio del phishing, sólo detrás de sitios como Facebook y Yahoo.
Por eso aquí te compartimos cinco hábitos que pueden hacerte víctima del phishing. Si reconoces alguno de ellos, erradícalo y protégete.
1. No revisar la dirección de los sitios que visitas
Hazte la siguiente pregunta: de todas las páginas que visitas en internet, ¿cuándo revisas que la dirección sea la correcta? En caso de que nunca lo hagas, ¡cuidado!¿Por qué? Porque cuando no verificas que la dirección es la correcta puedes estar ingresando a una de las miles (quizá millones) de páginas falsas que existen en la red.
No exageramos, tan sólo Grupo Santander y BBVA Bancomer han informado que desde 2015 han dado de baja más de 5 mil páginas falsas cuyo objetivo era obtener información de sus clientes.
¡Presta atención a los detalles! Muchas veces las direcciones de las páginas fraudulentas son bastante similares a la dirección de la página oficial.
No te confíes, ya que algunas páginas falsas lucen extremadamente parecidas a las oficiales. Incluso algunas de ellas contienen información sobre cómo puedes evitar un fraude… ¡qué ironía!
2. Confiar ciegamente en el correo electrónico
Mediante el email, los cibercriminales se hacen pasar por personal del banco y notifican a la víctima de que algo no está bien con su cuenta o su tarjeta de crédito. La mayoría de las veces, en el email se le comunica a la persona que tiene un cargo no reconocido, que su tarjeta ha sido clonada o que su cuenta está bloqueada.
Acto seguido, se le pide que verifique o valide en un enlace datos como su nombre, el número de su tarjeta, el código de seguridad o el password de su banca en línea.
Si la víctima muerde el anzuelo, ingresa su información y el resto es historia, el criminal tiene la información necesaria para hacer toda clase de travesuras.
¡No bajes la guardia! Está demostrado que este tipo de correos tienen un elevado grado de efectividad.
3. Realizar transacciones desde equipos o redes públicas
Por más urgente que sea consultar tu saldo o realizar una transacción, evita hacerlo desde equipos o redes que sean públicas.
La principal razón de esto es porque, bajo alguna de estas circunstancias, la seguridad de tu información no depende de ti, sino de terceros.
Piénsalo por un momento: ¿el equipo que utilizas cuenta con un antivirus efectivo? Si la red es pública, ¿cómo puedes estar seguro de que tu información no es visible para alguien más?
Ojo, utilizar equipos y redes que no sean públicas no es 100 por ciento infalible si no cuentas con un buen antivirus o si la red a la que te conectas no tiene un elevado nivel de seguridad.
Cualquier acción que involucre ingresar información crítica, realízala desde equipos personales debidamente protegidos y desde redes que conozcas y ofrezcan un grado de seguridad aceptable.
4. Utilizar contraseñas y preguntas fáciles de adivinar
Por comodidad o para no olvidarlas, muchas personas utilizan como contraseñas su nombre más su fecha de nacimiento u otra clase de passwords que son relativamente fáciles de adivinar.
Una buena idea consiste en crear y memorizar una clave que contenga números y letras, tanto mayúsculas como minúsculas, que no estén relacionadas entre sí.
Otro punto a vigilar son las preguntas que seleccionas para recuperar tus contraseñas, ya que sus respuestas pueden ser más obvias de lo que crees.
Por ejemplo, si eres fanático de Game of Thrones o de The Walking Dead y todos lo saben, no será difícil adivinar una pregunta que tenga que ver con tu serie o personaje favorito.
Conclusión: utiliza contraseñas y respuestas que no resulten demasiado obvias, de lo contrario, un cibercriminal astuto podría adivinarlas con sólo analizar tu muro de Facebook.
5. Utilizar las mismas contraseñas
Expertos en seguridad aconsejan modificar las contraseñas de servicios bancarios al menos cada seis meses, pero la realidad es que pocas personas lo hacen.
Sí, estamos de acuerdo, puede parecer poco práctico; sin embargo, utilizar las mismas contraseñas durante mucho tiempo incrementa los riesgos de ser un blanco relativamente fácil.
También debes evitar repetir las contraseñas en distintas cuentas o servicios por una sencilla razón: si un criminal obtiene una, prácticamente tiene acceso a toda tu información.
¡Listo! Ahora ya sabes qué hábitos debes evitar para ser víctima del phishing. Si crees que hemos dejado fuera alguno, ¡comenta!
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