August 9, 2023
La formación familiar y escolar de los niños y adolescentes es muy importante, por lo que es vital elegir modelos psicológicos y educativos efectivos para que estos crezcan y sean adultos responsables, felices y sanos.
En este artículo te compartimos uno de esos modelos: la Disciplina Positiva, respaldada por psicólogos y pedagogos de talla mundial, además de exhibir buenos resultados en la práctica.
Es un modelo educativo que busca formar a padres, maestros y otras figuras de autoridad para educar a los niños en valores basados en la amabilidad, el respeto y la firmeza, sin caer en la sobreprotección o la permisividad.
La Disciplina Positiva se opone a los castigos o la educación del tipo “la letra con sangre entra” y exige evitar los insultos, las amenazas, golpes, chantajes y otras estrategias punitivas que menoscaben su dignidad.
Generalmente, la aplicación de este modelo busca que los niños aprendan pronto valores como la cooperación, la resolución de conflictos mediante el diálogo, además de aumentar su motivación y capacidad de resolver problemas de manera independiente.
Los orígenes de la Disciplina Positiva se remontan a la década de 1920. El principal inspirador fue el psiquiatra austriaco Alfred Adler, quien defendió una crianza respetuosa hacia el niño y que lo hiciera sentir parte de un grupo (familia, comunidad).
No obstante, también alertó que la sobreprotección o el excesivo consentimiento a los niños podría provocar problemas de comportamiento y sociales.
“Una batalla con un niño es siempre una batalla perdida”, mencionó el psicólogo austriaco. “Nunca conseguiremos su cooperación a través de la lucha. Ahorraríamos una incalculable cantidad de tensión y esfuerzo inútil si nos diéramos cuenta que la cooperación y el amor jamás se consiguen por la fuerza”.
Las ideas de la Disciplina Positiva fueron ampliadas por Rudolf Dreikurs, psicólogo austriaco y discípulo de Adler, quien amplió la idea de apostar por un enfoque amable en la educación y denominó este modelo como “crianza democrática”, exportándolo a Estados Unidos.
Dreikurs consideraba que los niños y adolescentes que se portaban mal lo hacían principalmente por tener sentimientos fallidos para pertenecer a un grupo, especialmente el familiar o el escolar. Eso los lleva a actuar de forma equivocada buscando atención, deseos de venganza, aislamiento y otras conductas negativas.
Hacia la década de 1980, los postulados de Adler y Dreikurs fueron ampliados y popularizados por las psicólogas estadounidenses Jane Nelsen y Lynn Lott, quienes crearon el programa de Disciplina Positiva, un modelo de enseñanza para padres y maestros popularizado a través de libros, cursos y clases presenciales difundido a más de 70 países.
“Los niños merecen ser tratados con dignidad y respeto”, señala Nielsen. “También merecen la oportunidad de desarrollar las habilidades de vida necesarias en un ambiente de cordialidad y firmeza, no en una atmósfera de culpa, vergüenza y dolor”.
La Disciplina Positiva cuenta con 5 pilares o bases fundamentales, así como 7 percepciones o habilidades significativas que los niños aprenden al recibir este modelo educativo.
Varias fuentes coinciden en que los principios de la Disciplina Positiva son:
a) Ser firme y amable
Los padres, maestros y tutores deben ser capaces de marcar límites sin recurrir a castigos, humillaciones, gritos o golpes.
b) Ayudar a los niños a tener un sentido de conexión
Esto significa que la Disciplina Positiva le permite a los niños tener vínculos afectivos sólidos y permanentes con los adultos más cercanos y los grupos sociales en los que pertenece.
c) Ser eficaz a largo plazo
Es un aprendizaje que dura años y se depura a través de las experiencias y sentimientos que los infantes acumulan, formando su visión de sí mismo y del mundo que habita.
d) Estimular las capacidades
Y no solo eso, la Disciplina Positiva ayuda a los niños a descubrir esas habilidades o capacidades para los que son buenos, de manera independiente y libre, sin presiones de terceros.
e) Aprender para la vida
Los niños son capaces de relacionarse de manera saludable con los otros, es decir, la familia, la comunidad, los maestros, otros niños, etcétera. En esas relaciones, es capaz de conducirse con valores positivos como la responsabilidad, el altruismo, el interés por los demás, la cooperación, la generosidad, etcétera.
De acuerdo a Jane Nelsen y Stephen Glenn en “Criando niños seguros en un mundo indulgente”, la Disciplina Positiva les ayuda a mejorar en 7 aspectos fundamentales de su vida:
1. Mejora su percepción sobre sus capacidades, es decir, se creen capaces de ser y hacer.
2. Se sienten aptos para aportar a otras personas de manera significativa y necesaria.
3. Obtienen un mayor entendimiento de sus emociones para lograr la autodisciplina y el autocontrol.
4. Se sienten capaces de influir o intervenir en asuntos que le conciernen. Por ejemplo, sentirse aptos en usar más horas para estudiar sin que los padres estén ordenándolo.
5. Pueden trabajar con otras personas y desarrollar amistades, siendo aptos para generar conversaciones, compartir sus sentimientos, ser empáticos y escuchar al otro.
6. Entienden el sistema social en el que viven y aprenden sobre los límites (qué se puede hacer y qué no) y las consecuencias de sus actos.
7. Pueden evaluar las situaciones de su vida diaria con sabiduría y buen juicio.
Este modelo representa un enfoque de firmeza con dignidad y respeto, entre medias respecto a dos modelos predominantes en la educación de los hijos, los cuales son:
1. Rigor
Los niños no toman decisiones, las cuales son impuestas con mano de hierro por los padres, bajo pena de castigo si no se cumplen. Se caracteriza por el control excesivo, un orden sin libertad, la falta de opciones y frases como "lo haces porque yo lo mando".
2. Permisividad
Los niños no siguen reglas y los padres no se preocupan de marcarlas. Se caracteriza por la falta de límites, una libertad sin orden, opciones ilimitadas y el "poder hacer lo que se quiera" sin repercusión alguna.
Antes esos modelos, el enfoque de la Disciplina Positiva propone:
Si te interesa enseñar este modelo de formación a tus hijos, alumnos, familiares o conocidos menores de edad, considera estos tips para tener más posibilidades de éxito:
1. Ten charlas personales y pasa tiempo de calidad con los niños, animándoles a que expresen sus sentimientos y problemas.
2. Antes de corregir, intenta conectar con las emociones de los infantes mirando lo que hay detrás de su "mala conducta". Los niños se portan mal porque no saben expresar lo que pasan o sienten de otra manera, por lo tanto, escuche sus necesidades antes de castigar.
3. Anima a los niños a aprender de sus errores, no los censure ni los tilde de fracasos inaceptables. Al penalizar en exceso las equivocaciones, provocará daños en la autoestima, no tomarán o asumirán retos por miedo a la humillación del error, intentarán esconder sus fallos y se vuelven adictos a la aprobación de los demás.
4. Usa la motivación y el aliento como herramientas para moldear a los hijos en la Disciplina Positiva. Ellos notarán que estás poniéndoles atención a sus esfuerzos, por lo que su autoestima saldrá muy reforzada.
5. Enseñe a los niños las tres "R" de la recuperación al cometer un error: a) Reconoce el error de buena gana; b) Reconcíliate contigo mismo y c) Resuelve con una solución efectiva. El punto c) no puede cumplirse sin efectuar los dos puntos anteriores.
La Disciplina Positiva puede ser utilizada en las empresas para fomentar una cultura de respeto mutuo entre los colaboradores y empleados, así como ejercer un liderazgo responsable si se es líder o directivo en alguna área del negocio.
Algunas ventajas de la Disciplina Positiva en los emprendimientos son:
¿Te llama la atención el modelo educativo de Disciplina Positiva? ¿Cómo lo puedes aplicar en tu vida diaria y en la educación de tus hijos, alumnos o conocidos? ¡Déjanos tus comentarios!
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