March 28, 2023
Para nadie es un secreto que la educación financiera es un factor fundamental para el desarrollo de los niños, pero quizá una de las lecciones más importantes es enseñarles a diferenciar entre sus necesidades y deseos, sobre todo, al momento de gastar.
En un entorno cada vez más consumista, puede ser difícil para los niños comprender la diferencia entre lo que quieren y lo que realmente necesitan. Aquí te compartimos algunos tips sobre cómo puedes enseñarles la gran diferencia que existe entre ambos conceptos.
1. Explica ambos conceptos con ejemplos
Una estrategia obvia, pero efectiva, consiste en simplemente explicarles los conceptos y sus respectivas diferencias.
Para abordar el concepto de las necesidades puedes decirles que son aquellas cosas que son esenciales o indispensables para una persona, como comida, agua y ropa, por ejemplo.
Por su parte, para los deseos puedes decirles que son aquellas cosas que les gustaría tener, pero que no son indispensables para vivir, como juguetes y videojuegos, por ejemplo.
Es fundamental que comprendan los conceptos y sus diferencias para que entiendan por qué las necesidades deben satisfacerse antes que los deseos.
2. Haz un presupuesto con ellos
Hacer un presupuesto con ellos es otra estrategia que puedes utilizar para ayudarles a comprender la diferencia entre sus deseos y necesidades.
Primero explícales qué es un presupuesto y para qué sirve. Debes dejar en claro que esta herramienta se utiliza para decidir cuánto y en qué van a gastar durante el mes.
Después pídeles que hagan una lista con todas las cosas que necesitan y con todas las cosas que desean. Cuando la terminen, diles que se imaginen que tienen cierta cantidad de dinero para cubrir todos esos gastos y pregúntales cómo lo repartirían.
Aprovecha las dificultades que tengan para recordarles que no deben gastar más de lo que está asignado para cada categoría y que deben priorizar las necesidades por encima de sus deseos.
3. Hazles preguntas antes de comprarles cosas
Cuando vayas a comprarles cualquier cosa, pregúntales qué creen que sea lo que van a adquirir: algo que necesitan o algo que desean.
Si se trata de algo que realmente necesitan, anímalos a investigar si existe alguna alternativa más barata para conseguirlo.
Si es algo que sólo quieren, pregúntales en qué escala lo desean y cómo creen que podrían comprarlo si ellos tuvieran que hacerlo por sus propios medios.
Hacerles este tipo de preguntas antes de hacer cualquier compra les ayudará a desarrollar un pensamiento más crítico y mejor estructurado para hacer frente a la ola de consumismo a la que actualmente todos estamos expuestos.
4. Modelar buenos hábitos financieros
Los niños aprenden a través de la observación y la imitación, por lo que lo más importante es ayudarlos a modelar o forjar buenos hábitos financieros, y para eso no hay nada mejor que el ejemplo.
Si los niños te ven haciendo compras impulsivas, o sea, siendo víctima de tus propios deseos, es probable que a ellos les pase lo mismo, porque eso es lo “normal” y se convierte en un patrón de conducta aprendido.
En cambio, si ven que planificas tus gastos, respetas tu presupuesto y priorizas siempre las necesidades por encima de los deseos, es factible que ellos también lo comiencen a hacer, recuerda: las palabras convencen, pero el ejemplo arrastra.
La práctica hace al maestro
Como podrás notarlo, con un poco de guía los niños pueden aprender a diferenciar lo que necesitan de lo que desean. Eso sí, no olvides que la mejor manera de conseguirlo es por medio de la experimentación y la práctica, sé creativo y aprovecha cualquier oportunidad para que reflexionen y aprendan a tomar mejores decisiones.
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