La pandemia, la cuarentena, los avispones asesinos, las redes 5G y la escasez de cerveza traen a más de alguno estresado (sobre todo la escasez de chela… de hecho, si tienes por ahí un six o una caguama, por favor, contacta a nuestro equipo editorial, que están a nada de abrir una cuenta de TikTok y eso es lo que menos necesita el mundo en estos momentos).
En fin, como decíamos, en estos días es probable que experimentamos los estragos (tragos 😢) del estrés, particularmente de aquel que tiene que ver con el dinero.
Por eso, esta ocasión preparamos una breve guía que te ayudará a combatir el estrés financiero. ¿Listo? ¡Comenzamos!
[Nota del editor: ¡MANDEN CHEVE!].
1. Identifica la causa
El primer paso es identificar qué causa o motivo te tiene estresado, tal vez sean tus tarjetas de crédito, un incremento en tus gastos (quizá por comprar cerveza y papel de baño como si no hubiera un mañana) o una reducción importante de tus ingresos.
Es muy importante que seas sincero y autocrítico al realizar este ejercicio, porque, si no te atreves a reconocer el problema de raíz, difícilmente podrás solucionarlo.
Una vez que hayas identificado la causa de tu estrés financiero, estarás listo para dar el siguiente paso: seleccionar la estrategia más indicada para combatirlo.
2. Selecciona la estrategia adecuada
Identificado el problema, es momento de seleccionar la estrategia más adecuada para solucionarlo… y no, ninguna de ellas es vender el líquido de tus rodillas en el mercado negro.
Si debes mucho en tus tarjetas, consolida esas deudas con un crédito personal cuya tasa sea más baja que la que te cobran por tus plásticos. Créenos, te puedes ahorrar mucho dinero.
Si te quedaste sin empleo o tus ingresos disminuyeron, aprovecha tu experiencia y talento para hacer dinero. ¿Necesitas ideas? Aquí te compartimos algunas.
Cambia tu deuda con la tasa más baja
3. Aprende de tus errores
En otras palabras, no le juegues al Pedrito Sola. Evita cometer otra vez los errores que te metieron en este lío, ya que, de ser así, nunca conservarás tu tranquilidad financiera, con o sin pandemia encima, te lo garantizamos.
Para ello, regresa al punto uno, identifica cuáles fueron los hábitos o decisiones que desencadenaron tu estrés financiero y anótalos en una lista. Este simple ejercicio te hará más consciente de qué debes cambiar de ahora en adelante.
Y recuerda: no hay nada malo con cometer errores, el problema es cometer siempre los mismos (😉).
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